

Hay platos que representan la esencia de nuestra cocina, y la fabada asturiana es sin duda uno de ellos.
Un guiso de cuchara lleno de sabor, que reconforta en los días fríos y nos conecta con las raíces más auténticas de la gastronomía española.
Su secreto está en la sencillez: fabes tiernas, embutidos de calidad y una cocción lenta que hace que todos los sabores se integren en un caldo espeso y aromático.
Un plato humilde que, con el paso del tiempo, se ha convertido en símbolo de buena mesa y tradición familiar.
500 g de fabes (judías blancas asturianas)
2 chorizos asturianos o curados
2 morcillas
150 g de panceta curada o entreverada
1 hoja de laurel
1 cebolla mediana
2 dientes de ajo
1 cucharadita de pimentón dulce
Azafrán o colorante (opcional)
Sal al gusto
Agua

1. Prepara las fabes con antelación:
Este paso es fundamental para que, al cocerlas, queden tiernas y mantengan su forma.
2. Monta la base del guiso:
Cuando el agua empiece a hervir, retira la espuma que se forma en la superficie: esto ayudará a obtener un caldo más limpio y suave.
3. Cuece a fuego lento:
Si usas olla exprés, bastará con unos 40 minutos de cocción, pero el sabor del fuego lento es incomparable.
4. Añade el toque de sabor final:
5. Sirve y disfruta:
Embutidos de calidad: usa productos curados y ahumados naturales, como chorizo, morcilla y panceta artesanales. Son el alma del plato.
Paciencia: cuanto más despacio cueza, más se integran los sabores.
Reposa antes de servir: la fabada está aún mejor de un día para otro, cuando el caldo se espesa y el sabor se concentra.
Evita remover demasiado: mueve la olla con suavidad para no romper las fabes.
Comidas familiares en los meses fríos.
Reuniones con amigos alrededor de una buena mesa.
Acompañar con un vino tinto joven o una sidra natural asturiana
¿Se puede congelar la fabada?
Sí, se conserva muy bien congelada. Déjala enfriar completamente, guárdala en recipientes herméticos y congélala hasta 3 meses.
¿Puedo usar otro tipo de legumbre si no tengo fabes?
Las fabes son las tradicionales, pero puedes sustituirlas por judías blancas grandes o incluso pochas.
¿Por qué se “asustan” las fabes con agua fría?
Porque ese cambio de temperatura ayuda a que la piel no se rompa y la legumbre quede más tierna.
¿Qué hacer si el caldo queda demasiado líquido?
Aplasta unas cuantas fabes con un tenedor y devuélvelas a la olla. Esto espesará el guiso de forma natural.
¿Con qué se puede acompañar la fabada?
Además del pan, combina perfectamente con una ensalada ligera o con un vino tinto joven o una sidra natural.
👉Detrás de una buena fabada siempre hay productos auténticos y bien elaborados. Por eso, para preparar este plato, nada mejor que usar embutidos curados artesanalmente, con carne seleccionada, curación natural y ese equilibrio de sabor que solo da la tradición.
En Embutidos Noalejo, mantenemos vivo ese espíritu: elaborar cada chorizo, morcilla o panceta con el mimo de siempre, desde el corazón de la Sierra Sur de Jaén, para que cada plato que llegue a tu mesa tenga ese sabor honesto, casero y lleno de historia.





