Las salchichas al vino o salchichas encebolladas en salsa de vino blanco son un clásico de comida viejuna que siguen estando de toma pan y moja.
En esta ocasión vamos a optar por lo sencillo y vamos a preparar una receta muy simple de las que hemos comido en casa toda la vida: unas estupendas salchichas frescas de cerdo al vino, preparadas con muchas cebollita y una salsa de vino blanco muy aromática y deliciosa.
Ingredientes
- Salchichas frescas de cerdo, 8
- Cebollas, 2
- Vino blanco, 200 ml
- Tomate, 1
- Harina, 15 g
- Laurel, 1 hoja
- Un vaso de caldo de carne
- Sal
- Aceite de oliva virgen extra
01: Doramos las salchichas frescas o de carnicero
Una vez tengamos en nuestro poder las mejores salchichas frescas (también llamadas de carnicero) que tengamos a nuestra disposición debemos dorarlas antes de guisarlas en la salsa, con el encebollado y con el vino blanco.
Añadimos en una cazuela ancha un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra y la ponemos a fuego medio-alto, hasta que el aceite esté bien caliente. Una vez llegado ese momento, añadimos las salchichas frescas y dejamos que se marquen y doren bien por todo su contorno manteniendo el fuego intenso.
Una vez las salchichas frescas estén bien marcadas y hayan cogido una bonita coloración las podemos retirar del fuego de la cazuela y reservar para más adelante.
02: Pochamos la cebolla cortada en juliana
Por otro lado, pelamos las cebollas y las cortamos en dos mitades. Una vez tengamos una base lisa con la que apoyar la cebolla, cortamos las cebollas en juliana para obtener así unas tiras muy finas.
Añadimos la cebolla en juliana a la misma sartén donde hemos dorado las salchichas frescas y añadimos un poco más de aceite de oliva virgen extra si fuera necesario. Pochamos la cebolla a fuego medio-bajo, hasta que vaya perdiendo consistencia y suelte sus azúcares a la vez que va cogiendo cada vez más y más coloración.
Una vez la cebolla esté bien pochada, la salamos ligeramente. Añadimos la sal ahora y no antes porque si salamos al principio la acción de la sal favorecerá que la cebolla suelte demasiada agua al inicio de la cocción, con lo que la cebolla no se rehogará bien sino que se cocerá en parte.
03: Añadimos el vino blanco y formamos la salsa
Una vez tengamos el encebollado listo es el momento de añadir la harina y de cocinarla bien unos instantes con la cebolla, para que no nos deje ese sabor a crudo una vez las salchichas al vino estén guisadas. A continuación agregamos el vino blanco y subimos el fuego para que el alcohol se evapore rápidamente. Rallamos también el tomate y lo añadimos a la cazuela con el vino blanco y el encebollado. Reducimos hasta que el fondo quede bien concentrado y prácticamente sin humedad, teniendo la precaución de remover constantemente para que no se nos queme.
Cuando haya reducido el vino y el tomate, añadimos la hoja de laurel y caldo de carne, un vaso aproximadamente.
04: Terminamos de guisar nuestras salchichas al vino
Llevamos la salsa a ebullición. Una vez comience a hervir incorporamos de nuevo las salchichas frescas que hemos marcado al principio de la receta. Rectificamos de sal y cocinamos las salchichas al vino unos 10 minutos, no más.
Si la salsa resulta excesivamente espesa siempre podemos añadir un poco más de caldo, mientras que si queda demasiado líquida la podemos reducir a fuego alegre hasta que adquiera la consistencia deseada.
05: Servimos las salchichas al vino
Servimos nuestras salchichas al vino, en este caso acompañadas de arroz, una receta de las de toda la vida sabrosa, rica y sencilla.
Fuente: elespanol.com